qué he leído este verano de 2017

by - domingo, septiembre 24, 2017


Aunque ya estemos metidos de lleno en septiembre-casi-octubre todavía me aferro al verano todo lo posible. Al fin y al cabo ha sido bastante bonito: he viajado, me he mantenido en forma y he leído bastante, todo de autoras, en femenino. Precisamente de eso último vengo a hablar: creo que prácticamente todas mis lecturas han sido aciertos y me apetece hacer una pequeña reseña de cada una.

1. Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End. Paula Bonet.
Le tenía muchas ganas a Paula Bonet desde hace tiempo y hace unos meses lo pillé en la sección de novedades de la biblioteca de mi uni, cuando todavía estaba pendiente de los últimos exámenes de junio. Recuerdo que nada más terminar el último examen cogí el enorme libro y me tumbé a la sombra de un árbol a leer, casi devorándolo de una sentada, deleitándome en sus dibujos y su caligrafía. No sé que tiene su estilo pero entiendo que cautive a tanta gente. Las ilustraciones y los relatos se combinan a la perfección y hablan de viajes, experiencias vitales, personas conocidas en el camino.
Mis favoritos: Hombre-cactus, Las focas, Icebergs, Ballena.


2. Éramos unos niños. Patti Smith
Lo cogí justo antes de empezar los exámenes, haciendo que fuese con él sin prisa pero sin pausa. Creo que incluso aunque hubiese podido leerlo en una época menos turbulenta, no habría podido devorarlo: hacía falta leerlo con calma para disfrutarlo mejor.
Leer Éramos unos niños es en parte una experiencia parecida a Whitman: sientes que hay tanto condensado en sus letras que una sola lectura no basta para comprenderlo todo. Hay sabiduría aquí y allá, desperdigada por cada página, llena de mensajes ocultos. Vidas enteras en cada párrafo, canciones y películas y calles de Nueva York, cafeterías, restaurantes, hoteles, personas... tantas personas que es imposible no perderse. Leer a Patti Smith ha sido como leer una biblia sobre la juventud hambrienta, una historia mítica de almas gemelas y ciudades imposibles.


3. Tan poca vida. Hanya Yanagihara
¿Cómo describir este libro? Todas las opiniones que he leído sobre él han sido de extremos: o se ama o se detesta. Yo soy del primer grupo, aunque (o precisamente porque) me hizo llorar a intervalos, y después sin poder parar. Es cierto, el libro es duro. Pero despreciarlo solamente por eso me parece demasiado moralista. Todas las cosas horribles que suceden existen. Las personas que sufren hasta un punto irreparable existen. El mundo está lleno de dolor y cerrar los ojos no es la solución. Aprecio su brutal sinceridad, ya que cada página se siente como algo muy real, sin fórmulas cargantes o elaboradísimas: en la sencillez está la belleza.

Otra cosa curiosa es el gran cariño por el arte que inunda las páginas, no solo en forma de obras humanas sino en los pequeños detalles intangibles: la descripción de la luz, la armonía de la naturaleza, la manifestación de las relaciones. Esa precisión también hace que los malos momentos sean terribles, aplastantes.
Tanto drama no significa que no haya momentos felices: te hace apreciarlos más si cabe, recrearte en ellos porque (como en la vida) nunca estamos a salvo de lo que pueda acontecer. Creo que tanto los buenos como los malos momentos se realzan por la prosa de la autora, que envuelve todo de una preciosidad extraña, única. No es un libro para todos, pero desde luego no podría estar mejor escrito.
Donde mejor se puede ver esto es con el tratamiento los personajes: el eje de la historia son ellos y su complejidad, su evolución; las ciudades y los acontecimientos alrededor son únicamente atrezzo. Por ello emociona tanto llegar hasta el final, porque sientes que has vivido muchísimo con estas cuatro personas, que los conoces desde hace muchísimo tiempo. Yo no los olvidaré facilmente.

(Si ya lo habéis leído, os dejo esta entrevista que Página 2 hizo el año pasado.)


4. La sed. Paula Bonet.



El segundo de Paula Bonet, que encontré en la biblioteca también, pero de mi Ítaca. Tardé mucho más en leer este, no sé por qué. El estilo me pareció radicalmente distinto, mucho más sobrio, más maduro con técnicas experimentales. Aunque por algún motivo su visceralidad y oscuridad no me terminó de hacer click, me volví a llevar una lista de recomendaciones con todas las influencias del libro, esta vez en un tono más feminista: Sylvia Plath, Anne Sexton, Clarice Inspector... Y puedo apreciarlo por ser la reconstrucción de una mujer después de tocar fondo, del terremoto.


5. Mi vida en la carretera. Gloria Steinem
Este libro me ha pillado en una época donde tengo muchas ganas de escribir sobre viajes y autodescubrimiento durante el camino, así que en cierto modo, es como la novela que me hubiese gustado escribir: son experiencias reales de una mujer que se ha recorrido Estados Unidos dando conferencias sobre temas sociales, toda su vida.
No solo habla de feminismo (aunque una buen parte es dedicada a ello y en cierto modo engloba el resto de temas), también habla sobre racismo, pueblos indígenas y su forma de vida desmitificada, anécdotas de viaje, campañas presidenciales y opiniones sobre gente famosa/no tan famosa. Hay un sentimiento de comunidad, de aprendizaje, que enseña lo beneficioso que pueden ser los círculos de discusión. Lo cierto es que da ganas de unirse a la lucha de intentar cambiar el mundo, aunque sea un poquito.
También hay reflexiones más adelante sobre la vejez, y aunque generalmente este tema suele causarme cierta aversión, se nota la estoicidad y las ganas de seguir haciendo cosas, de no ser derrotada por la vida.
Por último, la edición es muy bonita: de bolsillo, con páginas suaves, letra redonda y legible, una portada elegante. Quiero comprar más libros de Alpha Decay, aunque todavía no sé cuál será el siguiente.


6. Mamá, quiero ser feminista. Carmen G. de la Cueva.



He leído varias obras sobre feminismo pero, y no me había dado cuenta hasta ahora, ninguna escrita en castellano. Esta es la primera que leo de una autora hispanohablante y me ha gustado especialmente por dos motivos: porque es de una generación muy cercana a la mía y porque ofrece la perspectiva de los pueblos españoles, sitios con tradiciones profundamente religiosas donde la mujer tiene un papel muy marcado y todavía limitado.

Cuando narra su vida encuentro cientos de paralelismos con la mía, de la misma manera que a ella le pasa con autoras anteriores: el libro está plagado de referencias a escritoras feministas, como armas de las que aprovisionarse, más voces que deben ser escuchadas. Me hace pensar que la lectura es un eco generacional que nunca termina de prolongarse.

Otra cosa que me ha gustado mucho: las ilustraciones, realizadas por Malota. Son preciosas, de colores vibrantes, igual que la portada. El diseño como de cuento es muy acertado si pensamos que quien lea este libro puede estar iniciándose, todavía aprendiendo lo básico sobre el tema, y la verdad es que se lee rapidísimo.



7. El odio que das. Angie Thomas.
Este libro es un poco distinto de lo que he leído anteriormente. Narra la vida de una chica adolescente negra en Estados Unidos, en medio del movimiento Black Lives Matter. Por una parte es eso, un relato adolescente (con tumblr, fiestas y cafeterías de instituto) pero desde un punto de vista completamente distinto al que estamos acostumbrados. Porque la raza condiciona la manera de experimentar la vida, sobre todo en América. Reflexiona sobre el racismo que todos llevamos interiorizado, el sistema que conduce a tantos jóvenes negros a la delincuencia y el choque de clases en una sociedad actual donde todavía impera el privilegio de ser blanco. Muy necesario si se quiere conocer otra perspectiva. ¡Y acabo de leer que será llevada al cine con Amandla Stenberg como prota!

8. Ni tiro, ni veneno, ni navaja. Gloria Fuertes



Me terminé este libro en un suspiro, entre el viaje a Francia y los últimos días de verano. La verdad es que conociendo su historia como escritora de cuentos para niños no esperaba encontrarme a una Gloria Fuertes tan melancólica, pero me ha gustado. Ha sido fácil conectar con ella, y sus versos eran claros, llenos de fuerza. Estoy segura de que no será la última vez que nos encontremos.



Y eso es todo, dejo por aquí mi goodreads por si a alguien le apetece seguirme. ¿Habéis leído o queréis leer alguno de estos libros? No dejéis de contarme y hasta la próxima.

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4 comentarios

  1. ¡Hola! Qué verano tan lleno de lecturas, ¡me encanta! De los de tu lista solo he leído La Sed y me gustó mucho (aunque a ratos me pareció un poco deprimente). Tengo muchas ganas de leer algo más de Paula Bonet, tiene un estilo muy peculiar que adoro ^^ Del resto le tengo muchas ganas a Éramos unos niños y me ha picado la curiosidad de Tan poca vida, que va de cabeza a mi lista de pendientes (:

    ¡Un besote!

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    1. Ojalá te guste Tan poca vida! Es verdad que puede llegar a ser muy deprimente (más que La Sed), pero el estilo es tan distinto que uno lo disfruté muchísimo y el otro no tanto, así que a ver si hay suerte. Si haces una entrada con reseñas te leeré seguro.
      ¡Beso!

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  2. ¡Me encantan estas entradas de libros! Voy a comentarte primero los que me he leído, que me apetece explayarme un poco, y después los que me quiero leer: Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End de Bonet me parece un libro precioso, me encantó tanto el texto como la ilustración; sin embargo, La Sed me aburrió sobremanera, así que me quedaré con el primero de ellos, que me pareció maravilloso y me emocionó muchísimo.
    Tan poca vida me lo empecé a leer, pero en un momento en el que no tenía tiempo, así que lo dejé. Tengo un buen recuerdo de él, y aunque me parecía un pelín lento, quiero darle otra oportunidad, así que puede que sea ahora el momento.
    El libro de Mamá, quiero ser feminista me pareció precioso, y quiero comprármelo no dentro de mucho para poder releerlo siempre que pueda. Tiene un estilo precioso, lo cuenta con tanta ternura, y es lo que comentas, nos muestra ese lado de los pueblos españoles que se agarran con fuerza a la tradición.

    Y para terminar con el comentario, que me estoy enrollando como las persianas: Mi vida en la carretera es un libro que quiero leerme con una fuerza inmensa. Me llama, me grita, y sé que me va a encantar así que me muerdo las uñas cada vez que me aguanto las ganas de comprarlo y esperar al Día del Libro o a la Feria del libro de Madrid.

    Cosquillas,
    abrazo de oso polar.

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    1. Menos mal que hay más gente que coincide conmigo con La Sed, se nota que es un libro que tiene un trabajazo detrás, pero tanto la narrativa como los dibujos conectaron menos conmigo por algún motivo.
      Con Tan poca vida me pasó que una vez le cogí el gusto, no podía soltarlo. Literalmente, hacía mucho que no me pasaba. Así que espero que cuando lo retomes te pase lo mismo, aunque lo mejor es no crearse expectativas! Puede ser un libro difícil de querer, todo lo contrario de Mi vida en la carretera o el de Mamá, por ejemplo.

      Un abrazo, me encanta ver comentarios taaaan largos ♥

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