A ship at harbor is safe, but that's not what ships are for.

by - domingo, abril 03, 2016




Y aunque la Ciudad le encandilase con sus luces y le ofreciese constantemente cosas nuevas y distintas, simplemente no era la mar. 
No era las velas hinchadas como nubes de tela, ni el viento zarandeando sus ropas, ni el escorar, ni el orzar, ni el arreciar, ni siquiera su incómodo coy en el que aprendió a dormir suspendido, porque no soportaba poner los pies en el suelo.


Fragmemto de un texto que he escrito para el Proyecto Semanas, organizado por Elito. Nunca he participado en antologías antes, pero las reglas son muy libres y me apetecía un reto para estimular un poquito a mis musas. Y me alegro. Ha sido una excusa para rescatar a Marcus después de unos años, y los dos hemos crecido. Él ahora es un marinero en tierra, pero un día volaba entre los mástiles. 


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3 comentarios

  1. Pídele a Marcus que me enseñe a dormir en el coy, por favor. Yo tampoco quiero poner los pies en la tierra.

    (sonrisa de elefante)

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  2. No poner los pies en la tierra. Cuánto puede significar eso. Un abrazo :)

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  3. Me encanta tu blog, tus escritos y tu todo.

    Participar en antologías hace que se vaya el miedo de nuestra piel, y no está mal del todo. Es precioso.

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