cuaderno de sueños III

by - jueves, septiembre 01, 2016


L'Orangerie, premier matin d'hiver. Christian Milet.


I

Mi mente es un escenario cambiante, con mucho jaleo entre bastidores.
El primer acto se desarrolla en un jardín tétrico, al estilo Versailles, donde hay una cacería en marcha, y solo sobrevive el más fuerte. Tchaikovsky suena de principio a fin de la obra.
El pajarillo rojo es el más débil, y sobrevive gracias a la ayuda del lobo. Los dos se enamoran.

“Fue tan tierno”, dice la actriz bajo el traje.

(Ella hacía de lobo)


II

Me encuentro en una habitación azul piscina, sin esquinas, circular.
Por algún motivo, estoy tirada en el suelo, pecho en tierra, y cuesta mucho respirar, como si estuviese bajo un peso invisible.

Puedo oír mi propia respiración, superficial, acelerada, unos minutos angustiosos hasta que soy consciente de que estoy en un sueño.

Tengo que despertar o me ahogaré.
Tienes que despertar, me digo, pensándolo de forma abstracta, una necesidad sin posibilidad de discusión, como tienes que comertienes que huir

Es como empujar contra una gran fuerza, como girar la rueda de la consciencia en la cabeza, pero finalmente lo consigo, y sé que estoy despierta sin abrir los ojos.
Tras un segundo de silencio, doy un respingo y me lleno los pulmones de aire como en las películas.
Demasiado tiempo bajo la superficie.


III

Despierto sobresaltada a las 3 a.m  y oigo el murmullo de una televisión encendida en la cocina.
El resto de la casa es silencio denso y opaco.
Me levanto a apagarla, un pie todavía en el sueño anterior, esperando ver un espectador en las sombras.

Llego al umbral. 
Mis pasos ligeros sobre la baldosa fría. 
El grito agazapado en la garganta,
preparado para salir.

Extiendo la mano hacia la oscuridad que engulle y
no hay nada,
nadie.

Click.





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